CONJUNTO
Nombre: Los Diablos Negros
Origen: Madrid
Período de actividad: 1961-1965
Estilo musical: beat, pop y rockabilly
COMPONENTES
Primera Formación 1960 – 1961
- Manolo Pelayo, voz y guitarra.
- Francisco -Paco- Candela: guitarra rítmica y coros.
- José Inclán: Batería
- Roberto Sánchez: guitarra solista.
- Víctor Ginés “Vitín”: bajo.
Segunda Formación 1962 – 1964
- Manolo Pelayo, voz y guitarra.
- Francisco -Paco- Candela: guitarra rítmica y coros.
- José Inclán: Batería
- Roberto Sánchez: guitarra solista.
- Luis María Herranz: bajo.
Tercera Formación 1964 – 1965
- Manolo Pelayo, voz y guitarra.
- Francisco -Paco- Candela: guitarra rítmica y coros.
- Víctor Ginés “Vitín”: bajo.
- Manuel Varela: batería.
ACTIVIDAD
(Por J. M. Moratinos)
Como muchos otros grupos pioneros españoles de principios de los años ’60, Los Diablos Negros fueron el germen de ese tipo de proyectos artísticos que, tras múltiples idas y venidas, acabarían fructificando años después en algunas figuras de la reciente historia de nuestra música. Los Botines fueron su gran fruto y, de éste, el gran Camilo Sesto, nada menos. Pero vayamos por partes.
Comienzos de la década de los 60. En el barrio madrileño de Retiro, un grupo de cuatro chicos de familia acomodada forman un grupo que se hace llamar Los Vultures, a cuya cabeza está el cantante y guitarra Manolo Pelayo. Junto a él, el guitarra rítmica Paco Candela, el batería José Inclán, el bajista Víctor Ginés y el guitarra solista Roberto Sánchez. Ya en 1961 el grupo echa andar con un repertorio de versiones de rock & roll norteamericano del momento, con el que actúan en pequeñas fiestas, forjando pronto una estela de fieles seguidores.
En 1962 Vitín deja el grupo y le sustituye en el bajo Luis María Herranz. Por unos meses pasarán a llamarse Los Estrellas Negras, para cambiar ese nombre al definitivo de Los Diablos Negros. Su estilo y su negativa a llevar corbata les empieza a granjear cierta fama de “chicos malos”. Pero con todo y con eso, su fama sigue creciendo. Su primer gran salto llega ese mismo año de 1962 cuando el periodista y “hombre de la música”, José Luis Álvarez, los lleva a las primeras sesiones matinales del Circo Price, donde acabarán siendo habituales, erigiéndose en los auténticos reyes del beat madrileño.
En enero de 1963 graban por fin su primer disco, un EP con el sello Fonópolis: con “Popotitos” (éxito de los mexicanos Teen Tops), “Molly O” (versión del tradicional “Greensleaves”), “Hey baby” (éxito de Bruce Channel) y el instrumental “Last night”. Pero el disco, con baja calidad de grabación, es un fracaso comercial y de crítica que casi los lleva a disolverse, si bien logran resurgir merced sobre todo a sus notables directos. Pues ya por entonces actúan también en salas como Consulado, Los Texanos, La Tuna, El Parral, El Álamo y otras de los alrededores de Madrid. Incluso ese verano se desplazan a Torremolinos y Palma de Mallorca, donde coinciden con Los Estudiantes. Hasta tal punto era su gancho en escena que el 15 de diciembre de 1963, brindan una actuación tan excitante en el Price que Manolo Pelayo acabará saliendo de la sala a hombros del público enfervorecido. Sin duda fue un hito en la historia de Los Diablos Negros, pero también -y para mal- un punto de inflexión de aquellas matinales del Price, que acabarán siendo clausuradas semanas más tarde por orden gubernativa.
Y es que estaba claro que merecían otra oportunidad, así que en febrero de 1964, y tras la salida de Roberto Sánchez del grupo, Los Diablos Negros editan su segundo EP, esta vez con el sello Discophon. El disco contenía una gran versión en español de “Hully Gully” de The Olympics, con la que solían hacer furor en sus directos; la versión de la balada de Adriano Cellentano “Sábado triste”, muy apta para la voz de Manolo Pelayo; y las versiones en español de “Twist and shout” y “She loves you” de los Beatles.
Un mes más tarde, en marzo de 1964, Los Diablos Negros actúan en el Palacio de los Deportes de Barcelona en un festival internacional compartiendo escenario, entre otros, con el grupo sueco Los Sputniks, Tony Ronald, Luis Aguilé, Lone Star, Los Mustang y el Dúo Dinámico. Fue tal su éxito que, lejos de interpretar tres canciones como los demás artistas, ellos tuvieron que ofrecer hasta cinco.
En el verano de 1964 graban su tercer disco: tres versiones más de los Beatles en español (“From me to you”, “It won’t be long” y “Do you want to know a secret”) más “Beautiful dreamer” de Billy J. Kramer , con el título “Oye mi canto”. Tras este disco Luis María Herranz y José Inclán abandonan el grupo siendo sustituidos por Manolo Varela a la batería y Víctor Ginés, que regresaba como bajista.
A comienzos de 1965 Los Diablos Negros lanzan su cuarto y último disco, sin duda el mejor de su carrera. Contiene una espléndida versión en inglés de “La casa del sol naciente” (“The house of the rising sun”), otra de ‘’Shake, rattle and roll’’ y dos nuevas versiones Beatles, “If I fell” y “And I love her”, ésta en español.
Esa imagen -y su voz- están en el punto de mira de varias discográficas. Y aunque con este cuarto disco Los Diablos Negros parecían haber tocado techo, Manolo Pelayo y sus chicos aún aspiraban a empresas mayores. Sólo era cuestión de esperar. Finalmente el sello Columbia se llevará el gato al agua con una refundación del grupo. Era finales de 1965, Los Brincos arrasaban en toda España, y era hora de sacar su mayor competencia: con Manolo Pelayo siempre al frente, más Paco Candela, Manolo Varela y dos nuevas incorporaciones Los Diablos Negros se van a metamorfosear en Los Botines, grupo también presente en este museo virtual.
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