SOLISTA
Nombre: Curro Savoy. Desde 1960 Kurt Savoy.
Origen: Madrid
Período de actividad: 1961- hasta hoy
Estilo musical: Rock, Pop silbado
ACTIVIDAD
(Por J.M.Moratinos)
Francisco Rodríguez Muñoz, su nombre real, nació el 2 de abril de 1948 en Andújar (Jaén) en el seno de una familia pobre. Era el mayor de cuatro hermanos de una familia que, como tantas de provincias de la época, emigró a Madrid a finales de la década de los 50 en busca de mejor vida. Se asentaron en la calle Escalinata, junto a la plaza de Ópera, donde los padres entraron inicialmente como porteros de finca a cambio de alojamiento.
Si todos los comienzos de la generación pionera de la música española entre finales de los años ’50 y los ’60 del siglo pasado fueron por lo común arduos y difíciles, el de Kurt Savoy tiene una mezcla extra de épica y ternura costumbrista propia de un cuento de Navidad al más puro estilo Dickens:
Corría el año 1957. El padre, albañil, enfermó y acabó postrado en cama, lo que obligó a la madre a ganarse la vida vendiendo pipas y chuches en la puerta del Banco de España en pleno centro de Madrid. El pequeño Francisco se ofreció a ayudar a su infatigable madre, pero ella no quería que su hijo dejara la escuela. No obstante, a fuerza de insistir el pequeño Curro, con sólo nueve años, la convenció para vender agua de un botijo durante el verano de aquel año. Pero al llegar el invierno la venta de agua lógicamente decreció; hasta que la madre le hizo un pequeño cesto colgado del cuello con caramelos y golosinas que iba vendiendo por la calle sin alejarse mucho de ella. Cuando el frío apretaba, continuaba vendiendo dentro de la boca del metro de Banco de España.
Un día de 1959 Curro sabe de un concurso radiofónico de la Cadena Ser titulado “Conozca a sus vecinos” para descubrir artistas noveles; el premio eran cien pesetas y un bote de Cola-Cao. Le pide a su primo Cristóbal que le enseñe algunos acordes a la guitarra, y dos días después se presenta al concurso en directo para toda España interpretando el «Rock de la Cárcel» de Elvis Presley. La anécdota surgió cuando, incapaz de ejecutar un solo de guitarra en medio del tema, se le ocurrió silbarlo. El público quedó tan encantado por lo que oyó que se lo hicieron repetir al final. Y además ganó el concurso.
Este éxito insta al joven Curro a mejorar su equipamiento instrumental. Carecía de recursos, así que con enorme esfuerzo su madre termina comprándole una guitarra eléctrica y un amplificador, a plazos y previa fianza a la tienda de música Biok de la cercana calle Leganitos. Aquello, aparte de una proeza económica para tan modesta familia, fue todo un hito en la historia del rock en España al tratarse de una de las primeras guitarras eléctricas que se vieron en Madrid, lo que convirtió a Curro en uno de los primeros artistas a nivel nacional en el uso de tan emblemático instrumento.
Ese año de 1959 el periodista Tico Medina lo presenta en TVE (desde sus primeros estudios del Paseo de la Habana), y gana el concurso “Salto a la Fama”. Es un preadolescente (no ha cumplido aún los doce) que inicia así su carrera profesional. Se suceden sus éxitos en concursos radiofónicos, algunos en Radio Intercontinental (“Flan Chino el Mandarín”, de José Luis Uribarri; “Ruede la Bola”, con Enrique Maristany; “La Casera”, con Ángel de Echenique; “El carro de la gloria”, con Encarna Sánchez…) Incluso triunfa en Radio Córdoba en la emisión de Rafael López Cansino. Su primer contrato profesional lo firma para Arizona Club, la sala más de moda de Bilbao entonces. En Radio Bilbao le entrevista su redactor jefe Antonio Rojo con quien entablará una gran amistad.
En 1960 realiza 22 programas de radio con el gran Bobby Deglane, quien le llevará además a múltiples cabalgatas por España, pero le propone un cambio de nombre artístico. Hasta entonces se hacía llamar Curro Savoy (lo de Savoy, por el nombre de una cafetería al lado de su casa). Pero Bobby Deglané le dijo que haciendo rock and roll no podía llamarse Curro y le sugirió cambiarlo por Kurt. Ya como Kurt Savoy se estrena en Madrid en Los Jardines de la Pista.
En 1961 hace una gira por España, siendo presentado como «El rey del rock». Le surge su primer contrato discográfico, en Barcelona y con el sello SAEF CETRA (precursor de Belter), que incluye la edición de cuatro EPs anuales. Llega así su primera grabación de éxito, “Kurt Savoy y el Full and Rock”, que incluye ya sus célebres silbidos. Enrique Rubio, de Radio España de Barcelona, le hace una entrevista en la que descubre su talento, convirtiéndose en su padrino en la ciudad; le presenta a Federico Gallo en Radio Nacional, quien le lleva a sus programas de los sábados por la tarde.
En 1962, durante una de sus actuaciones en Barcelona Curro conoce a quien será por un tiempo su manager, Jaime Ortuño, cuyos proyectos pronto le fascinan: sembrando la Costa Brava de pintadas con el nombre de Kurt Savoy con letras de dos metros o lanzándole a la fama en Francia, para lo cual le propone a París en su coche Seat 600. Y es aquí donde vuelve la épica a la vida de Kurt Savoy, aunque esta vez con tintes bastante quijotescos.
Véase: salieron los dos de Barcelona con unos bocadillos que hizo la madre de Curro y 300 pesetas en el bolsillo; pero no habían cubierto ni la mitad del trayecto cuando, a la altura de Aviñón, habían agotado los bocadillos y casi la mitad del dinero en gasolina. Una vez llegaron a París tuvieron que dormir en el Bois de Boulogne dentro del coche. A la mañana siguiente, Ortuño se acercó ilusionado hasta las mismas puertas del Olympia…; pero con el rostro contrariado regresó a los pocos minutos al coche: le habían insistido que allí sólo actuaban famosos. No había nada que hacer. Con doce francos que les quedaban sólo alcanzaron a comprar pan y un tubo de plástico con el que lograron robar gasolina de otros coches para poder hacer el viaje de vuelta a Barcelona.
Otra de las performances ideadas por Ortuño fue meter a Curro en una jaula de leones de un circo en Ciudad Real cantando con su guitarra. Un titular en la prensa nacional rezaba luego: “El rey del rock desafía al rey de la selva”. El impacto de la foto salvó al circo de inminente ruina y Curro se unió a él durante unos meses en un exitoso espectáculo de variedades… Con mayor o menor acierto, estas acciones publicitarias de Ortuño ayudaron a expandir la fama de Kurt Savoy por todo el país.
A partir de 1963 artistas de moda como Antonio Machin o Tony Leblanc lo contratan como telonero de sus espectáculos en giras por España. Incluso Antonio Molina lo ficha como cabeza de cartel. Deja de lado las grabaciones por un tiempo y actúa en programas de TVE como Noches del Sábado o Gran Parada, además de en salas madrileñas como Consulado, Caravel, Victoria, Metropolitano, Imperator, Pasapoga…
El salto de Kurt Savoy fuera de España llega en 1964. Se decide a hacer las Américas, triunfando en Nueva York en la sala Little Garden, antes de una gira por diversas universidades norteamericanas, en hoteles de la cadena Hilton (debutando en Miami) y otra gira por Sudamérica. Además, otra firma hotelera, Carlton, lo hace debutar en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y de ahí, a otros hoteles de la cadena en diversas capitales del mundo. Incluso actúa para jeques árabes en sus palacios…
El año 1966 será clave para Kurt Savoy. Graba en el sello Philips su EP más vendido y famoso, con “Silbando ritmo” de tema principal. Poco antes conoce a la torero francesa Clara Montes, con la que se casa unos meses después. La prensa rosa de la época llega a titular “Por amor el rey del rock se corta la coleta”. Nada mas lejos: la pareja graba un disco sencillo juntos. Curiosamente, un año más tarde recibe una carta del mismísimo Elvis Presley interesándose en conocerlo en persona.
En 1969 abre una agencia de representación artística en Madrid y continua haciendo giras dentro y fuera de España (muchas de las antes reseñadas).
En 1976, rueda para una serie de TVE donde actúa en directo con Ñu y Rosendo. A raíz de aquel espaldarazo graba un nuevo single, tras casi diez años de silencio discográfico.
Al final el amor quiso que el destino de Kurt Savoy fuera esa Francia que le rechazó al principio, y allí se fue a vivir con Clara en 1977.
Desde que en 1964 el realizador italiano Sergio Leone estrena “Por un puñado de dólares”, creando el género cinematográfico conocido como spaghetti western, en cuyas bandas sonoras de Ennio Morricone primaba el silbido, la carrera musical de Kurt Savoy da un giro definitivo. A este film le seguirán “La muerte tenía un precio” (1965) y “El bueno, el feo y el malo” (1966), completando la llamada “Trilogía del dólar”. Los temas de estas películas, aunque silbados en la gran pantalla por el italiano Alessandro Alessandroni o el británico John O’Neill, le venían como anillo al dedo al silbido de Curro, quien los adopta (y adapta) de inmediato a su repertorio; esto, además de agrandar la fama de estos filmes y sus creadores, será un fantástico trampolín para Kurt Savoy que atraerá la atención de múltiples directores internacionales quienes le contratan para silbar en sus películas.
Y no sólo spaghetti westerns. Entre los años ‘60 y ’70 su silbido se oye en películas españolas como “ Pistoleros de Arizona“ (1965) y “ Plomo sobre Dallas” (1970), pero también en norteamericanas como el western «Talento para amar» (1969, con Richard Widmark) o “El poder del dinero” (1979, en Méjico). Ya en el presente siglo, sus múltiples apariciones en bandas sonoras se circunscriben mayormente al cine francés. Su última prestación silbando es, no obstante, para el western español “The straw” dirigida por Rubén Arnaiz (2019), protagonizada por Jorge Sanz.
Desde que fijara su residencia en Francia en 1977, Kurt Savoy sólo ha actuado esporádicamente en España, destacando los espacios televisivos de Buenafuente en La Sexta desde 2007. Ha sido en el país vecino donde más se ha prodigado: no sólo en el cine (las B.S.O. antes reseñadas), sino en anuncios publicitarios ( Coco Chanel, Galeries Lafayette…) y con más giras y actuaciones. Y entre éstas, mención especial al concierto «Autour de la guitare» que en 2002 dio en el Olympia de París, con el que supo sacarse la espina finalmente de su bizarro y fallido intento cuarenta años atrás.
En 1992, entre sus esporádicas visitas a España de aquellos años, interviene en un ciclo de actuaciones de pioneros organizadas por José Luis Álvarez en el club Victoria de Madrid, en el que participa junto a Los Diablos Rojos y Los Extudiantes, una recreación de los originales comandada por Pepe Barranco.
La imagen de Kurt Savoy siempre ha ido unida a su silbido. Con él ha ejecutado estilos tan diversos como rock, jazz, flamenco o el clásico. Hace tiempo lo confesó: «Es por la forma de mi dentadura. Por eso la tengo asegurada. Si se me rompe me dan unos 80 millones de pesetas (480.000 euros)». Casi siempre ha actuado vestido de negro y, en los primeros años hasta con un mono tití sobre su hombro izquierdo. «Lo compré en Murcia y se me extravió en Londres; lo queríamos mucho», declaró años después. Y aunque se le empezó denominando “el rey del rock” en España (de hecho saltó a la fama unos meses antes que el entonces Mike Ríos), su trayectoria musical lo ha acabado situando como “el rey del silbido”, dejando la otra etiqueta para el gran Miguel Ríos.
Dos libros se han editado sobre Kurt Savoy hasta hoy: “Silbidos de Gloria” (Editorial Carena de Barcelona), del periodista Miguel Adrover Caldentey, es la biografía oficial de Curro. Y “Kurt Savoy, Paquito el Travieso” (Editorial Chiado de Portugal), escrito por Manuel Macia. Su biografía aparece también en el libro «Así empezó todo – Origen de la música Pop en Madrid« (Editorial Amarante de Salamanca) escrito por Javier Navarro, como uno de los 40 pioneros mas importantes de la música pop de Madrid. En cualquier caso, abordar su biografía siempre será desde la conciencia de estar ante un auténtico “pionero entre pioneros” del pop y el rock en España, quien por curiosas vicisitudes en sus inicios, además de cantante y guitarrista, se dará a conocer también como un magnífico y peculiar silbador; de hecho, el silbador más famoso de la historia de la música española hasta nuestros días.
Y como no podía ser de otro modo, la irrepetible gala de presentación de la asociación PMP en el Teatro Rialto de Madrid el 20 de noviembre de 2016 contó con la obligada presencia de Kurt Savoy, dejándonos una memorable interpretación de “La muerte tenía un precio” y otra desbordada y emotiva del “What’d I say” de Ray Charles: una breve pero completa muestra del talento de este rockero silbador, patrimonio de nuestra música
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