Julian Granados

(Extracto de La Fonoteca)

José Julián Granados Ramos nació el día de Nochevieja de 1947 en Granada. Era el mayor de cuatro hermanos, alguno de ellos músico también (Paco llegó a ser guitarra solista de Fórmula V y de Doctor Pop).

Sus inquietudes musicales nacieron cuando, aún niño, llega una armónica a sus manos. Pronto la cambiará por una guitarra, y con su amigo Agustín Rodríguez forma un dúo al que más tarde se sumarán otros colegas hasta crear en 1963 Los Angeles Azules que poco después se convertirá en Los Ángeles, emblemática banda pop pionera de la ciudad nazarí.

Pero antes de eso, Granados se marcha a Torremolinos para unirse al grupo ceutí  The Brisks con el que graba una docena de EPs y sencillos hasta 1967 para Belter (entre ellos los pegajosos «María Cristina» y «Pepe será papá»), girando con ellos por media Europa.

Pero su inclinación hacia el soul y el rhythm & blues, y tras una estancia en Londres impregnándose de la escena local, le lleva a formar en 1968 Los Snobs, que de la mano del guitarrista Johnny Galvao y con el sello Acción, pronto se convertirán en Los Buenos. Con ellos graba cuatro impagables sencillos, auténtico rock de vanguardia para la España de la época.

Tampoco su etapa en Los Buenos será duradera, y en 1969 se lanza por fin en solitario con el nuevo sello Guitarra, dirigido por miembros de Los Pasos y Los Pekenikes. Será con el co-fundador de éstos, Alfonso Sainz, con quien componga la canción que le llevará al gran éxito en 1970 y por la que le recordamos casi todos: «Lupita», sencilla balada a medio tiempo de semblanzas mejicanas y un monólogo en inglés. Sin embargo, Granados reivindica su vena más vital y convence a la discográfica para reeditar el sencillo con el tema «Donkey», un vigoroso corte de soul-rock, como cara A, triunfando en discotecas.

El siguiente sencillo de Julián Granados con Guitarra no alcanza ni de lejos el éxito del anterior, pero Alfonso Sainz le compone luego “Soy feliz”, con el que queda en segundo puesto en la preselección para Eurovisión 1970, detrás de “Gwendolyne” de Julio Iglesias.

En 1972 Granados ficha por Columbia y viaja a Japón, presentándose en el Festival Mundial de Tokyo con su tema «Sunday morning», consiguiendo el Premio de la Crítica. De vuelta en España, ese mismo año gana con rotundidad el Festival de la Paz en Valladolid con su villancico «Hosanna».

El continuo divagar de Julián Granados por las discográficas concluye en 1974, cuando Marfer le ficha para lanzar el sencillo «Pequeña Lola», de nula repercusión, que precipita su abandono del mundo discográfico. En 1975 abre una clínica veterinaria en la Sierra de Madrid y se dedica a la crianza de perros.

En años posteriores ha realizado apariciones esporádicas junto a sus hermanos Paco y Jorge, además de algunas colaboraciones con Eduardo Bartrina y con ex miembros de Los Íberos. Tan sólo en 1985 vuelve a grabar con el sello Diapason un álbum titulado «Capricornio», con escasa difusión y del que destaca el sencillo «1000 kilómetros».

Al final, estamos ante uno de esos genuinos «one-hit wonder»: artista de un sólo éxito. Pues siempre que nos hablen de Julián Granadas no podremos evitar querer ir con él a buscar a Lupita.

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